lunes, 8 de febrero de 2010

Una alumna de la UAL gana en los Tribunales su derecho a finalizar la carrera de Enfermería

Aqui os dejo una noticia a nivel de mi ciudad referente a la discriminación que sufrió una alumna con discapacidad auditiva en la Univerisdad de Almería. Al final la justicia ha vencido para bien. Me alegro por ti Mª del Mar, ¡te lo merecías!, solo exigías algo que te pertenecía como persona: tus derechos.
Teleprensa: El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha ratificado la que podría denominarse como la sentencia del sonrojo de la comunidad universitaria almeriense, una que reconoce el derecho de una joven sorda a finalizar sus estudios de enfermería, los que cursó durante varios años y que no pudo finalizar porque la UAL se negó a poner los medios necesarios para que pudiese terminar el preceptivo periodo de prácticas. Diez años de litigio, desvelos y una familia profundamente marcada por la impotencia de ver cómo se ha utilizado el dinero público para alargar innecesariamente un caso en el que desde la primera sentencia se le advierte a la Universidad de Almería que estaba violando algo tan básico como los derechos constitucionales de la joven, pero al final ganó María del Mar Granados y con ella la sociedad almeriense y la propia comunidad universitaria que ahora tendrá que estudiar como redimir a toda prisa su culpa y pasar la lamentable página de una injusticia, porque así lo dice la sentencia. Para el pasado pero no en el olvido queda el papel de un rector, Alfredo Martínez Almécija, ahora ex rector y secretario de educación del comité ejecutivo provincial del Partido Popular de Almería, artífice de los recursos y dilaciones sufridas en este caso.

María de Mar Granados es sorda. No lo ha sido siempre, a causa de una enfermedad en su adolescencia fue perdiendo capacidad auditiva, pero ello no le quitó las ganas de estudiar, hacer su carrera y adaptarse a cualquier elemento para poder desarrollar su actividad profesional. Una década después sólo tiene dos cosas claras, que a día de hoy no recomendaría la Universidad de Almería a un joven con una discapacidad y que el dolor que ha pasado es indescriptible.

Granados ha comparecido ante los medios de comunicación acompañada de sus dos fieles escuderos en una de las más duras batallas a la que una persona con minusvalía se ha tenido que enfrentar. Son su abogado, Juan Manuel Llerena Hualde y su padre, el periodista almeriense José María Granados que, visiblemente emocionado, lanzaba un claro mensaje a la Universidad de Almería de “ya está bién”, ya que si bien es cierto que la sentencia obliga a la universidad a poner los medios para que María del Mar termine su carrera lo que ahora cuentan son las actitudes de cómo hacerlo cuanto antes para pasar una tiste página en la joven historia del centro.

Una anécdota vivida en la instrucción de la causa describe perfectamente la sinrazón de la causa judicial. Dos profesores independientes evaluaron las necesidades para que María del Mar pudiese realizar sus prácticas. Una de ellas era que el sistema de llamada, un timbre en una sala de neonatos, fuese completado con una luz que pudiese alertar a la alumna sorda. El responsable de mantenimiento del centro hospitalario rió durante unos cinco minutos, de manera incontrolada, ante los peritos independientes. Al preguntarle cuál era el problema él respondió “ese timbre no funciona hace dos años”.

María del Mar ganó su caso en los juzgados de Almería, pero el entonces rector, Alfredo Martínez, decidió que podría haber perdido, pero que ella no iba a ganar en ese momento, hasta hoy, diez años después, que debe cumplirse la sentencia que reconoce el derecho de esta alumna a terminar su carrera por el bien de la propia Universidad de Almería.

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